¿Siempre se ha comido con tenedor? Pues la respuesta es no. Es un utensilio muy común en nuestro día a día pero no existe desde siempre.

En la antigua Roma y en la Grecia clásica había utensilios parecidos al tenedor pero no fue hasta principios del siglo XI cuando, procedente de Constantinopla, el tenedor llegó a Europa. Lo introdujo en Venecia Teodora, hija de un emperador Bizancio, pero fue un fracaso. El tenedor junto con otras refinadas formas de Teodora, fueron reprochadas por la sociedad y al tenedor hasta se le llegó a denominar utensilio del diablo, ya que mucha gente se pinchaba la lengua y no encontraba la practicidad de dicho instrumento.

En el siglo XVI en Francia el tenedor sí que se hizo popular al ser introducido por Catalina de Médicis en la corte, aunque también era usado para otras funciones como rascarse la espalda. La cursilería del utensilio frente a comer con las manos hizo que realmente no fuese hasta el siglo XVIII, cuando el tenedor pasó a ser un utensilio de mesa habitual.

Actualmente existen distintos tipos de tenedor, en función de si son para carne, pescado, postre, … y la primera industria que comenzó a fabricar tenedores en España se fundó en Barcelona a principios del siglo XIX.